Vigilando Comillas se encuentra esta hermosa escultura. Data de finales del siglo XIX y está en los muros de una iglesia aún más antigua que por lo visto dejó de usarse debido a un incidente.
Posteriormente en ese lugar se edificó el cementerio y curiosamente se ha convertido en una de las paradas obligatorias si visitáis Comillas porque el conjunto está dotado de gran belleza.
Yo simplemente os muestro en esta entrada la visión del ángel que ahí posado parece no querer perderse nada de lo que suceda. La escultura es obra de Josep Llimona, un artista barcelonés y es que Comillas y Barcelona tuvieron una estrecha relación en esos años, además del cementerio obra del arquitecto Domènech i Montaner y de Llimona está "el Capricho" de Gaudí y el parque Güell y Martos que forman parte del maravilloso y extenso patrimonio de este municipio cántabro.
Ha sido una suerte poder regresar a Comillas, pasear por sus calles, disfrutar con cada paso porque está repleta de recuerdos que llevarse, su patriminio, sus tiendas vintage, sus restaurantes, su playa, su gente...vamos, que tenéis que hacer las maletas ya mismo e ir a visitar esta villa de Cantabria ¡qué para luego es tarde!.
Con este post participo en la fiesta de blogger que organiza Inventando Baldosas Amarillas.
¿ Conocíais Comillas ?